Autor | Elvira Esparza
Convertir los desperdicios urbanos e industriales en energía es la manera que tienen algunos países de reducir la ingente cantidad de residuos acumulados en los vertederos, así como problemas derivados como la contaminación del suelo y las aguas subterráneas. Las plantas de valorización energética (WTE) son los lugares donde se transforma la basura en energía, reduciendo los residuos de los vertederos y generando energía sostenible.
La gran diferencia de estas plantas es que, a través de la selección de residuos y procesos más sofisticados que la quema clásica, la energía generada es más limpia que la quema de desperdicios clásica y genera menos emisiones.
Anualmente se generan en el mundo 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos, según datos de la ONU, de los que 2.100 millones son residuos sólidos urbanos (RSU) generados en los hogares y las empresas. Las previsiones recogidas en el informe Perspectiva Mundial de la Gestión de Residuos 2024 señalan que esta cifra puede crecer hasta los 3.800 millones de toneladas en 2050.
Un problema asociado a este aumento de los residuos es la forma de gestionarlos. Se calcula que, en 2020 el 38% de los RSU fueron incinerados o vertidos al aire libre y este porcentaje puede incrementarse hasta el 41% en 2050 hasta alcanzar los 1.600 millones de toneladas. El reciclaje y la reutilización son una de las soluciones aplicadas para reducir la basura, pero otros países están empezando a generar energía a partir de la incineración de estos residuos.
Generar energía a partir de los residuos
La generación de energía a partir de los residuos sólidos se realiza en centrales de valorización energética donde son clasificados para ser incinerados. El calor generado durante la combustión se utiliza para producir vapor y este para impulsar turbinas de generación de energía, proporcionando calefacción y electricidad a los hogares y a las empresas.
Los países industrializados son los que han optado por la conversión de residuos en energía. No obstante, este sistema plantea algún dilema porque promueve el uso de los recursos en lugar de su reutilización y además tiene un impacto ambiental porque genera emisiones de efecto invernadero.
No obstante, para evitar el aumento de la contaminación se están desarrollando algunas iniciativas como la incorporación de tecnologías de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS). En Oslo se está probando uno de los primeros sistemas de captura de carbono a gran escala para reducir hasta un 90% las emisiones de CO2 generadas por la incineración.
Países que generan energía a partir de residuos de forma limpia
Las plantas WTE están desarrollándose principalmente en los países industrializados donde existe una infraestructura para la gestión de residuos más consolidada. Los países que destacan son:
- Suecia está a la cabeza de los países que generan energía a partir de residuos, pues solo el 1% de la basura se envía a vertederos. No solo da salida a su basura, sino que también importa casi 800.000 toneladas de desechos de Reino Unido, Noruega, Italia e Irlanda. En la actualidad cuenta con 34 plantas de valorización energética de residuos que abastecen a 1,5 millones de hogares de calefacción y a 780.000 de electricidad. En las viviendas nuevas, la basura ya se canaliza directamente a incineradoras de valorización energética para transformarse en energía para los hogares.
- Estados Unidos procesa en las plantas de WTE unos 30 millones de toneladas de residuos al año. La mayoría de las más de 76 instalaciones operativas utilizan, sobre todo, la incineración para generar energía, pero tienen el hándicap de estar desactualizadas, por lo que necesitan ser modernizadas para cumplir los estándares medioambientales. El sistema de generación de energía a partir de los residuos está en un proceso de transición hacia la gasificación y captura de carbono.
- Dubái ha construido una planta WTE que permite abastecer de electricidad a 135.000 hogares a partir de 2 millones de toneladas métricas de basura al año, de las 5.500 toneladas de residuos que se recogen cada día en la planta, solo quedan 200 toneladas que no se pueden reutilizar.
- China ha construido desde 2013 un total de 166 instalaciones de WTE, que convierten aproximadamente el 10% del total de residuos urbanos en energía, lo que supone unos 11 millones de toneladas. Destaca la ciudad de Shenzhen en la gestión de estos residuos para la producción de energía eléctrica, con una planta que gestiona unas 5.000 toneladas de basura diaria.
La integración de tecnologías de IA e IoT en las plantas de WTE está mejorando la eficiencia y reduciendo los costes del sistema, además de contribuir a un mayor desarrollo de la economía circular por la reducción de los residuos.
Imagen | Lucas van Oort


