¿Cómo luchan las ciudades contra las tormentas de arena?

¿Cómo luchan las ciudades contra las tormentas de arena?

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Autor | M. Martínez Euklidiadas

Las tormentas de arena son fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes debido al desplazamiento del ecuador a los polos del clima, bioma y especies ecuatoriales provocado por el cambio climático antropogénico.

Ciudades próximas a la línea ecuatorial llevan siglos viviendo sus efectos, que para el resto del mundo entran dentro de las estrategias de adaptación al cambio climático. ¿Cómo luchan las ciudades contra las tormentas de arena? ¿Luchan?

¿Qué son las tormentas de arena?

Las tormentas de arena y polvo son fenómenos meteorológicos naturales y comunes generados por tormentas o ciclones, que incrementan la velocidad del viento y arrastran arena o polvo, y que transportan a miles de kilómetros. Llama la atención cómo el polvo del Sahara fertiliza el Amazonas con 22.000 toneladas de fósforo anuales, entre otros compuestos.

¿Qué provoca una tormenta de arena?

La sequía en determinadas zonas, combinadas con vientos fuertes y la posibilidad de levantar sedimentos del suelo, son lo que provoca las tormentas de arena. “El cambio climático antropogénico agravará las consecuencias de decenios de gestión insostenible de la tierra y los recursos hídricos en regiones que generan tormentas de arena y polvo”, tal y como recoge la ONU.

En abril de 2024 la Acrópolis de Atenas amaneció bajo un halo anaranjado cuando nubarrones de polvo procedentes del Sáhara soplaron hacia el norte. El fenómeno no es nuevo, aunque según afirmó el director de investigación del Observatorio Nacional de Atenas, esta nube de polvo estaba más concentrada que en episodios anteriores.

En febrero de 2022 una tormenta de polvo argelino barrió buena parte de España y la tiñó de rojo. La Aemet calificó el fenómeno de “extraordinario”, aunque algunos expertos han encontrado “evidencias del cambio climático porque supone una presencia cada vez más frecuente de flujos del norte de África en el sur de Europa y la cuenca del Mediterráneo”.

Desde hace décadas se sabe que el ser humano puede fomentar la aparición de las tormentas de polvo. Entre 1932 y 1939 el Dust Bowl barrió las praderas del Golfo de México a Canadá. Décadas de arrasar bosques, “habitados por unos miles de salvajes” en palabras del presidente Andrew Jackson en 1830, y una política agraria extractivista dieron vía libre al polvo. Este causó enfermedades y pobreza nunca vistas en Texas.

¿Cómo afectan las tormentas de arena a los humanos?

Según la Organización Meteorológica Mundial, las tormentas de arena pueden ocasionar la inhalación de arena y pequeñas partículas, que a su vez causan serios problemas respiratorios y problemas de mantenimiento.

El asma, la traqueítis, la neumonía, la rinitis alérgica y la silicosis son algunas de las más comunes, aunque es posible que las partículas más pequeñas se abran paso hacia el torrente sanguíneo y causen daños también al sistema cardiovascular.

La infraestructura también se ve afectada por las tormentas de arena. La arena erosiona los campos de cultivo, deteriora todo tipo de maquinaria de climatización o sepulta infraestructura vial crítica. El Dust Bowl dejó incomunicadas muchas poblaciones, problema conocido en los Emiratos Árabes.

Para concienciar sobre los daños que causan y combatir su origen, las Naciones Unidas han nombrado el 12 de julio como el Día Internacional de Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo y recuerdan que aproximadamente 2 millones de toneladas de arena y polvo entran en la atmósfera anualmente.

Entre las acciones propuestas, el organismo internacional subrayó la necesidad de cooperar a nivel mundial y regional con vistas a prevenirlas, gestionarlas y mitigarlas mediante la mejora de los sistemas de alerta temprana y el intercambio de información climática y meteorológica.

¿Cómo combaten las ciudades las tormentas de arena?

En marzo de 2021 Pekín quedó sumida en la mayor tormenta de arena desde hacía una década. Seis meses después, ocurría lo propio en Brasil. Y otros seis meses después España amanecía roja. No hay nada que hacer para detener una tormenta de polvo una vez ha aparecido. Pero se debe avisar a la población.

Existen diversos mecanismos de aviso para que la población afectada evite salir a la calle, use mascarilla, o evite usar vehículos (agravan la presencia de partículas). La monitorización atmosférica es un elemento indispensable para estos avisos.

La mejor estrategia para luchar contra la aparición de tormentas de arena es la lucha contra la desertificación, contra el uso de combustibles fósiles, contra la esquilmación de acuíferos, y en general dejar de degradar los entornos naturales sin los cuales aumenta la aparición de fenómenos climáticos extremos.

Cuando un evento así sucede, las recomendaciones son permanecer en interiores con puertas y ventanas cerradas y evitar el ejercicio al aire libre, ya que las partículas finas presentes en las tormentas de arena pueden infiltrarse en los pulmones, provocando problemas respiratorios, al tiempo que afectan a la calidad del aire y a la visibilidad.

Además, su capacidad para retener el calor en las capas bajas de la atmósfera puede elevar la temperatura del suelo y afectar a los patrones meteorológicos locales.

Imágenes | Johannes Schwaerzler, NOAA George E. Marsh Album, insta @H95i

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