Cómo quiere India convertirse en el futuro de las smart cities

Cómo quiere India convertirse en el futuro de las smart cities

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Autor | M. Martínez Euklidiadas

India es uno de los países con mayor crecimiento del planeta en multitud de índices: el PIB per cápita no deja de crecer, su población se frena pero aún tiene crecimiento positivo, ha logrado mejoras espectaculares en materia de reducción de la pobreza, soberanía alimentaria o tecnología. Pero aún presenta retos importantes.

Entre los mayores desafíos pendientes de la India se encuentra la gestión del crecimiento urbano, en particular afrontar la digitalización de ciudades que en muchos barrios ni siquiera incorporan una red de alcantarillado. Uno de los proyectos que el gobierno indio ha puesto en marcha es Smart Cities Mission, un proceso de renovación urbana para hacer las ciudades más sostenibles y humanas.

¿Qué es la Smart Cities Mission?

“La Smart Cities Mission del gobierno es una iniciativa nueva y audaz”, reza un texto de presentación del proyecto indio en su página web. Esta iniciativa pretende, ciertamente desde una perspectiva de humildad y consciente del enorme reto, transformar las ciudades indias y convertirlas en ciudades inteligentes. Esto es: limpias, sostenibles, con trabajo, baja delincuencia, etc.

Observando el desarrollo urbano de otras regiones del mundo, sus errores y aciertos, el gobierno indio ha diseñado un decálogo con los ‘elementos de infraestructura clave’ del proyecto Smart Cities Mission, que se listan a continuación:

  1. Un suministro de agua adecuado.
  2. Asegurar el suministro eléctrico.
  3. Saneamiento, incluida la gestión de residuos sólidos.
  4. Movilidad urbana eficiente y transporte público.
  5. Vivienda asequible, especialmente para los pobres.
  6. Conectividad fiable de TI y digitalización.
  7. Buena gobernanza, especialmente e-gobernanza o gobernanza electrónica, y participación ciudadana.
  8. Sostenibilidad ambiental.
  9. Seguridad y protección de los ciudadanos.
  10. Salud y educación.

Si al lector los puntos 1 al 3 le parecen demasiado básicos y propios de los siglos XVII a XIX, es probable que viva en ciudades grandes de Europa, Estados Unidos, Argentina o Australia, entre otros países que iniciaron este proceso tiempo atrás. Por ejemplo, el París de Napoleón III, con el barón Georges-Eugène Haussmann a la cabeza (XVIII), diseñó un sistema de alcantarillado que sigue siendo usado, pero Singapur no construyó su Deep Tunnel Sewerage System (DTSS) hacia 1990.

Resulta evidente que los países en desarrollo parten con un desfase en el abordaje de estos problemas. Sin embargo, hay que tener en cuenta dos puntos clave: para países como India o China, los problemas derivados de una mala gestión urbana son nuevos; y los están afrontando a muchísima mayor velocidad de lo que lo hicieron otros países en el pasado.

Junto a este decálogo aparece otro, esta vez de 21 puntos y orientado únicamente a las smart solutions, que podemos leer en el tuit compartido por el Ministerio de Información y Radiodifusión de la India.

LAS CIUDADES GANADORAS DE SMART CITY MISSION

El plazo de finalización de los proyectos de Smart City Mission se fijó entre 2019 y 2023. En septiembre de 2023 se habían completado 6.188 de los 7.960 proyectos licitados. En cuanto a las ciudades, 100 han sido seleccionadas para ser desarrolladas como Ciudades Inteligentes a través de un concurso dividido en dos fases.

Entre este centenar, las nueve ciudades ganadoras han sido Silvassa, Erode, Diu, Biharsharif, Bareilly, Itanagar, Moradabad, Saharanpur y Kavaratti.

En una nota de prensa, se señalan las razones que las han aupado a lo más alto:

  • Las ciudades ganadoras han mejorado la calidad de sus propuestas de ciudad inteligente en un 19%.
  • Las temáticas de estas propuestas son carreteras inteligentes, más carriles bici, sendas peatonales, aulas inteligentes, centros de desarrollo de competencias, mejora de las instalaciones sanitarias y proyectos panurbanos que incluyen un centro de control de mando integrado y servicios municipales basados en las TIC.
  • Estas 9 ciudades están desarrollando, aproximadamente, 409 proyectos.

TECNOLOGÍAS AVANZADAS, AIRE LIMPIO O ENERGÍAS RENOVABLES

Ciudades como Pune, Surat, Vadodara y Kakinada han incorporado Centros de Ciudades Inteligentes basados en tecnologías avanzadas. Otras como Rajkot han desplegado un sistema de vigilancia que forma parte de este mismo sistema y que ha conseguido reducir actos delictivos en un 17%: de 3.068 en 2016 a 2.554.

Otras herramientas integradas son la gestión integrada del tráfico, que ha reducido los atascos y contribuido, además, a que la gente respire un aire más limpio.

Los proyectos de rediseño de las calles y que incorporan carriles bici y sendas peatonales fomentan el transporte no motorizado. En 32 ciudades se han convocado licitaciones, y en 17 de ellas ya han empezado las obras. Por ejemplo, en Pune se ha desarrollado un piloto que ha mejorado la accesibilidad para las personas de la tercera edad, se han creado zonas de descanso y se ha instalado arte público.

Otras 33 ciudades han publicado licitaciones para proyectos de reciclaje inteligente y de aguas residuales, mientras que otras 44 han hecho lo mismo para instalar paneles solares en edificios públicos.

¿Tendrá éxito este proyecto de ciudad inteligente?

India cuenta con varios problemas sistémicos urbanos, algunos de ellos de cierto calado e incluso barreras culturales, lo que hace la transformación excepcionalmente difícil.

Por ejemplo, la figura y enseñanzas de Mahatma Gandhi están muy arraigadas en su cultura, con sentencias como “la verdadera India no está en sus pocas ciudades, sino en sus setecientas mil aldeas”. Como veremos a continuación, un urbanismo distribuido es totalmente incompatible con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y es que la realidad urbana que vivió Gandhi (1869-1948) era muy diferente a la actual.

El problema de fondo es que la India necesita urbanizar y hacer frente a ordenanzas urbanas del todo obsoletas, como el índice de edificabilidad de Bombay de 1,33 de 1964, altamente criticado. Este índice viene a decir que, en el grueso del área urbana solo se puede construir un piso y un tercio, dando lugar en el proceso a viviendas congestionadas, excepcionalmente caras, y a un tráfico urbano demencial que lo satura todo y contamina más.

¿La misión de las ciudades inteligentes es un proyecto sostenible?

Durante muchas décadas se consideró a la ciudad como parte de un problema global relativo a la sostenibilidad, e incluso un problema de seguridad personal. Factores como las epidemias de las ciudades europeas, chinas o indias durante los siglos XIX y XX, el elevado nivel de delincuencia de las urbes en crecimiento, la gran cantidad de asfalto o la contaminación pesaban mucho.

Sin embargo, la literatura científica —y sobre todo, alcaldías dispuestas a diseñar redes de alcantarillado, edificios altos, ciudades con transporte público o un sistema básico de vigilancia policial— han logrado demostrar que el impacto per cápita de una ciudad (hídrico, gases de efecto invernadero, energía de climatización, energía en el transporte, impacto en la biodiversidad) es considerablemente menor en una ciudad densa que en una comunidad distribuida (1, 2, 3, 4)

Dicho de otra forma: la densidad urbana le viene excepcionalmente bien al planeta, siempre que esta cumpla algunas condiciones. Condiciones que, por otro lado, la India no mantenía ni de lejos. De hecho, uno de los grandes problemas urbanos es la adhesión de infraviviendas y barriadas de viviendas bajas construidas por los migrantes pobres de otras regiones de India. Estas edificaciones obligan a vivir hacinado, sin transporte público o agua corriente.

CRÍTICAS Y RETOS DE LA MISIÓN DE SMART CITY

Desde que se inició el proyecto, varias voces nacionales han mostrado su escepticismo. Un medio local señala que “la selección de 100 ciudades mediante concurso fue errónea debido a la diversidad de las realidades urbanas existentes. El plan no tenía en cuenta la realidad de la India urbana: la urbanización es dinámica y no estática como en Occidente”.

Citan un ejemplo concreto el de Chandigarh, que recibió 196 millones de rupias en el primer tramo del proyecto de ciudades inteligentes y que invirtió en contadores de agua inteligentes, una zona Wi-Fi y programas de gestión de residuos sólidos, todo ello para solamente un 1% de la superficie de la ciudad.

El medio cita dos informes de McKinsey que apunta que para que las ciudades indias sean habitables será necesario un gasto de capital de 1.200 millones de dólares de aquí a 2030. En este contexto, lo invertido hasta la fecha en  Chandigarh representa menos de 20.000 millones de dólares en nueve años. Esto supone alrededor del 0,027% de las necesidades totales de la India urbana. De ahí la escasa tracción de este plan.

En India hay 46 ciudades de más de un millón de habitantes según su oficina de censo —desactualizada desde 2011, 2015 y 2017 según la ciudad, es decir, que su número podría ser mucho mayor—, prácticamente todas con una expansión acelerada y con las mismas dolencias de crecimiento: falta de suministros básicos e infraestructura insuficiente para los habitantes actuales.

Pros y contras del proyecto de ciudades inteligentes

“Las ciudades crecen hacia arriba o hacia afuera”, dice el aclamado Edward Glaeser en ‘El triunfo de las ciudades’. La India ha crecido hacia fuera durante casi 50 años. Y esto supone un problema añadido si se realiza sin unas condiciones básicas de higiene y servicios públicos como transporte público, hospitales o cloacas.

Para muchas de estas ciudades los puntos 1 al 3 del decálogo de Smart Cities Mission (recordemos: suministro de agua adecuado, asegurar el suministro eléctrico y construir redes de saneamiento) parten de la base de demoler buena parte de las barriadas periféricas de viviendas bajas, con el objetivo de dotar de servicios básicos la zona y edificar en altura.

Demoler edificios no es algo que se decida a la ligera, pero ha sido un punto imprescindible para el crecimiento, sostenibilidad e higiene de las mismas a lo largo de la historia. Urbes como París lo hicieron de 1852 a 1870 con los trabajos haussmanianos, en Barcelona el Eixample del Plan Cerdá de 1860 y en Nueva York se ‘retiraron’ miles de edificios durante 1920 para dar lugar a rascacielos.

El proyecto Smart Cities Mission es sin duda un reto de dimensiones épicas que, como el resto de países, sin duda cometerá unos cuantos errores por el camino. Sin embargo, se trata de una renovación urbana completamente necesaria cuando se persiguen los Objetivos de Desarrollo Sostenible que, además, bebe del conocimiento previamente generado por otras ciudades a lo largo de transformaciones que han durado siglos.

Imágenes | iStock/Adrian Catalin Lazar, | iStock/Adrian Catalin Lazar, Hardik Joshi, Alok Sharma

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