Autora | Elvira Esparza
Las infraestructuras urbanas inteligentes son la base tecnológica de las smart cities, asegurando la sostenibilidad, la eficiencia de los servicios y mejorando la vida de los ciudadanos. Estas infraestructuras incorporan sensores, plataformas de datos y automatización para realizar una gestión más eficiente de los recursos y servicios pero ¿cómo evolucionarán en el futuro?
¿Qué es una infraestructura urbana inteligente?
Una infraestructura urbana inteligente es un sistema físico que recopila y analiza datos captados por sensores en tiempo real para optimizar los recursos urbanos y mejorar la eficiencia, sostenibilidad, productividad y seguridad de los servicios. Además de recopilar y analizar datos, emplean la información para mejorar el funcionamiento del sistema y adaptarse a las necesidades futuras de la ciudad.
La infraestructura inteligente combina tecnologías como el IoT, la IA o el Big data para optimizar la gestión y el mantenimiento de las infraestructuras urbanas, industriales o energéticas como carreteras, redes eléctricas o saneamiento.
¿Por qué la infraestructura es la base de una vida urbana inteligente?
Se considera que la infraestructura es la base de una vida urbana inteligente porque es el soporte físico y tecnológico sobre el que se desarrollan todos los servicios de la ciudad. Los servicios de movilidad, energía, saneamiento, telecomunicaciones o seguridad funcionan a través de infraestructuras físicas que en una ciudad inteligente están conectadas con sensores, plataformas de datos y redes de comunicación para funcionar de forma integrada.
Gracias a las infraestructuras inteligentes, las smart cities pueden usar mejor los recursos y reducir el desperdicio, minimizando los impactos ambientales y teniendo una mayor resiliencia ante los cambios.
Áreas clave de la infraestructura inteligente
Las áreas clave que abarcan las infraestructuras inteligentes son:
Redes de movilidad y sistemas inteligentes de transporte
Estas redes usan datos en tiempo real para gestionar el tráfico. Los semáforos inteligentes, por ejemplo, ajustan los cambios según el volumen de vehículos con el fin de prevenir accidentes y reducir la contaminación.
Redes energéticas, servicios públicos e infraestructuras resilientes
Las redes inteligentes equilibran la oferta y demanda de energía, integran energías renovables, monitorizan el consumo y detectan las ineficiencias. Así, los edificios que tienen sensores inteligentes ajustan el consumo energético según la hora del día o las condiciones climáticas.
Sistemas de monitorización de agua, residuos y medioambiental
Los sistemas de monitorización de agua permiten el control del suministro de agua y la detección de fugas para reducir las pérdidas y optimizar el consumo. Mientras que los sistemas de monitorización medioambiental permiten controlar la contaminación y responder de forma automática ante picos de polución o eventos climáticos extremos.
Gobernanza digital, ciberseguridad y servicios públicos
La gobernanza se concreta en un mayor acceso a los datos y la participación ciudadana en las decisiones urbanas, junto con una mayor eficiencia operativa para evitar el despilfarro de los servicios públicos.
Cómo elegir una plataforma o socio de ciudad inteligente

A la hora de elegir una plataforma en una ciudad inteligente hay que tener en cuenta los siguientes criterios:
Criterios esenciales: escalabilidad, interoperabilidad y valor a largo plazo
Escalabilidad y flexibilidad: Es fundamental elegir una plataforma que se adapte a las necesidades presentes y futuras de la ciudad y a las tecnologías que van surgiendo como la IA, el machine learning o el 5G.
Interoperabilidad: La plataforma tiene que estar preparada para comunicar los distintos sistemas como tráfico, energía, seguridad o residuos. En este apartado hay que tener en cuenta las diferentes normas que garantizan la compatibilidad entre los distintos sistemas.
Valor a largo plazo. Al elegir una plataforma además de la tecnología hay que valorar su capacidad de reducir costes estructurales, incrementar la resiliencia, proteger el medio ambiente, fortalecer la gobernanza y asegurar la viabilidad de la ciudad.
Errores comunes que hay que evitar en proyectos de infraestructura y plataformas
Los errores más comunes están relacionados con la falta de planificación porque si se resuelven las incidencias cuando aparecen, se incrementan los riesgos de interrupciones y los costes ocultos.
Tener una documentación deficiente como consecuencia de no actualizarla genera errores y dificultades para resolver problemas.
No prestar atención a la ciberseguridad que es clave en la elección de la plataforma porque los fallos de seguridad provocan pérdidas económicas, sanciones legales y daños reputacionales.
Tener una visión cortoplacista sin prever la escalabilidad y la evolución tecnológica porque limita la capacidad de adaptación en el futuro.
El futuro de las infraestructuras de ciudades inteligentes
Tendencias emergentes: redes resilientes, plataformas en la nube y gemelos digitales urbanos
Las redes resilientes permiten manejar volúmenes masivos de datos en tiempo real procedentes de millones de sensores y dispositivos IoT desplegados en las ciudades. Las tendencias apuntan hacia la expansión del 5G y la evolución hacia el 6G, redes privadas y ecosistemas colaborativos y edge computing.
Las plataformas en la nube seguirán siendo el núcleo de la infraestructura digital urbana. Las tendencias clave se centran en infraestructura multinube e híbrida, plataformas unificadas de datos con IA y analítica, gobernanza de datos y soberanía digital.
Los gemelos digitales urbanos servirán en el diseño, simulación y gestión predictiva de infraestructuras inteligentes.
Al combinar las redes resilientes para la conectividad, las plataformas en la nube para la integración y análisis y los gemelos digitales para la simulación y gestión inteligente, las infraestructuras inteligentes podrán anticipar eventos climáticos, sociales o técnicos, responder en tiempo real y ajustarse a los cambios en la demanda.
Fotos | Choi Dongsu, Loveguli


