Autora | Lucía Burbano
La economía digital, empoderada por la tecnología inteligente, forma parte del núcleo de las ciudades inteligentes y ya representa un componente importante del PIB global. De hecho, las mayores zonas urbanas del mundo aportan ya un sustancial 60% del PIB mundial, y a medida que las ciudades crezcan y sean más prósperas, esta cifra aumentará aún más.
En las próximas décadas, los expertos predicen que hasta el 80% del futuro crecimiento económico de las regiones en desarrollo se concentrará en las ciudades. La infraestructura digital, que sustenta esta economía, es responsable de que las ciudades inteligentes sean motores de prosperidad económica y de que ofrezcan multitud de oportunidades de crecimiento.
Así favorece la infraestructura digital al crecimiento urbano
Un estudio sobre la implementación de tecnologías inteligentes en China, que puede extrapolarse a otras partes del mundo concluye que, por un lado, las zonas con altos niveles de inversión en innovación suelen tener bases tecnológicas y capacidades de I+D más sólidas, lo que permite a estas ciudades integrar y utilizar de forma más eficaz los nuevos recursos de infraestructura digital, optimizando así la distribución espacial del suelo.
Por otro lado, la adopción generalizada de las tecnologías digitales puede generar un efecto multiplicador, aumentando el apoyo a los sistemas de innovación urbana y fomentando la innovación tecnológica y el desarrollo de nuevas fuerzas productivas. Esto, a su vez, mejora la planificación urbana local.
Las ciudades con amplios terrenos industriales suelen dedicarse a actividades de producción más intensivas, que exigen sistemas eficaces de logística, gestión de la información y asignación de recursos. Estas ciudades también tienen una mayor necesidad de herramientas digitales eficientes y avanzadas para mejorar la productividad.
El desarrollo de la infraestructura digital en estas zonas contribuye a optimizar la gestión de los recursos y de los procesos de producción, lo que mejora inicialmente la eficiencia del uso del suelo industrial. Esto, a su vez, impulsa una asignación más eficiente de los recursos urbanos totales.
Además, la transformación urbana inteligente tiene un efecto de contagio espacial, cuyo alcance, según los autores de este estudio, se sitúa en un radio de 80 km. Probablemente, esto se deba a que esta proximidad geográfica facilita el rápido flujo de información y recursos. Además, a medida que las ciudades inteligentes atraen inversiones, las empresas y los propios inversores pueden buscar oportunidades en zonas menos saturadas, lo que genera nuevos efectos positivos en estas urbes colindantes.
Otra conclusión interesante es que, además de apoyar el crecimiento y bienestar urbano al impulsar la economía, las iniciativas de ciudades inteligentes aumentan la eficiencia del uso del suelo urbano en más de un 10%.
En números: así impacta económicamente la infraestructura digital
Un informe del World Economic Forum explica que un entorno urbano conectado y basado en datos no solo mejora los servicios públicos, sino que proporciona la infraestructura subyacente necesaria para mejorar la salud, ampliar las oportunidades educativas e impulsar la prosperidad económica. Un aumento de 10 puntos porcentuales en la penetración de la banda ancha incrementaría el crecimiento del PIB entre un 1,2% y un 1,4%, por ejemplo.
En cuanto a las tecnologías que sustentan las infraestructuras digitales, destacan:
Inteligencia Artificial Generativa
La tecnología que está en boca de todos y que tiene un uso más amplio en distintos ámbitos tecnológicos como en aplicaciones, seguridad e infraestructura, dada su capacidad para optimizar las operaciones, aumentar la fiabilidad de la red, automatizar las tareas rutinarias y permitir la resolución proactiva de problemas.
Según McKinsey and Co, la Inteligencia Artificial Generativa (GenAI) acelera los plazos de modernización tecnológica entre un 40% y un 50% y reduce los costes derivados de la deuda tecnológica en un 40 %, a la vez que mejora la calidad de los resultados.
Internet de las Cosas
El Internet de las cosas (IoT) impulsa la economía inteligente al generar nuevas fuentes de ingresos y aumentar la eficiencia en diversos sectores, con un impacto económico potencial de entre 3,9 y 11,1 billones de dólares en 2025. Este impacto se debe a la mejora de los procesos operativos en la fabricación, la optimización de la gestión de recursos en las ciudades inteligentes y la aparición de nuevos servicios y modelos de negocio gracias a los dispositivos conectados.
Por ejemplo, las fábricas inteligentes pueden aumentar la producción manufacturera en casi 2 billones de dólares, y las redes energéticas conectadas pueden aportar cientos de miles de millones en valor.
5G
Las redes 5G están transformando la conectividad, proporcionando un acceso de alta velocidad y una serie de características que permiten aumentar la fiabilidad y la cobertura para ejecutar el IoT y el intercambio de datos en tiempo real.
Las ciudades recurren cada vez más al sector privado para satisfacer la creciente necesidad de banda ancha asequible y los servicios que ofrece. Estos modelos de inversión compartida han aliviado considerablemente la carga financiera de las ciudades.
Mientras tanto, la disminución de los costes de la infraestructura 5G, la disponibilidad de espectro compartido y la distribución colaborativa de los gastos económicos y operativos resultan en que las redes 5G privadas sean una solución más accesible para la conectividad urbana y permiten a las ciudades ampliar de forma sostenible el número de terminales sin incurrir en costosos gastos.
Datos
Los datos son otro recurso esencial del mundo digital, con un gran potencial para el crecimiento económico, la competitividad, la innovación, la creación de empleo y el progreso social en general.
El desarrollo de aplicaciones basadas en datos aporta diversos beneficios a la administración pública, los ciudadanos y las empresas: una mejor elaboración de políticas y servicios públicos, una atención sanitaria mejorada y nuevos productos y servicios, al tiempo que se reducen los costes de los servicios públicos y se mejora su sostenibilidad y eficiencia.
¿Y qué le depara el futuro a la infraestructura digital?
A unos años vista, para que las infraestructuras digitales continúen impactando en el crecimiento de las ciudades, hay que considerar los siguientes aspectos:
- Perfeccionar la planificación espacial y el uso del suelo y la zonificación industrial mediante el uso de tecnologías
Las ciudades deben encontrar formas innovadoras de utilizar las nuevas tecnologías para optimizar el equilibrio entre las necesidades de los distintos usos del suelo, como la vivienda, la activación espacial de las zonas industriales, la rehabilitación y reurbanización de terrenos industriales abandonados, los espacios públicos y los servicios sociales.
- Fortalecimiento de la prevención y mitigación de desastres naturales y provocados por el hombre en zonas urbanas
Mediante la integración de tecnologías en políticas, planes y proyectos predictivos y preventivos para construir diversos escenarios, anticipar los retos medioambientales y climáticos y los riesgos económicos, así como las transformaciones sociales y las preocupaciones sanitarias asociadas.
- Dominar la transformación digital, la recopilación y el intercambio de datos locales
Explorar cómo las ciudades pueden recopilar, utilizar, almacenar y compartir datos a nivel suburbano, con mayor granularidad, con el fin de facilitar y mejorar la prestación de servicios a sus ciudadanos, contribuir al desarrollo económico y la innovación locales, a la capacitación y recualificación de los más vulnerables, y atraer y retener el talento.
